viernes, 15 de febrero de 2008

Teoría del Origen Humano (2da parte) - El Apadrinamiento

Utilicemos la lógica, si experimentamos con un ser vivo, por ejemplo como lo hacen los biólogos de cualquier parte del mundo, por ejemplo que colocan dispositivos de seguimiento a cetáceos, o aquellos que generan cruzas de laboratorio, que actitud toman luego de efectuar las acciones sobre dicho ser? La respuesta es mas que obvia: Lo siguen, le observan en su comportamiento, lo guían, intentan encausarlos en una cierta dirección, ponerlo a pruebas y analizar sus respuestas.

Si uno investiga en las diferentes civilizaciones antiguas, encontrará un factor común, es que prácticamente todas, por mas distanciadas y aisladas que hayan estado, hablan en sus leyendas de que sus “dioses” o “antepasados” provenían del cielo y que frecuentemente estos los visitaban, en muchos casos los consideraban “ancestros”. Bien, podemos seguirlos considerando unas pintorescas leyendas, pero, no es llamativo que civilizaciones que no estaban en contacto sean tan recurrentes en esto?

El arte rupestre del mundo antiguo plasmó en el plano visual cierto tipo de representaciones algo extrañas para su época pero llamativamente familiar para la nuestra, y tienen un valor considerable ya que las antiguas civilizaciones no pintaban en general figuras abstractas sino que representaban su mundo, tal cual lo percibían, por eso suele haber ganado, plantas, figuras, humanas y otros elementos que no sabemos a ciencia cierta que eran.

Primero haremos una breve reseña de las mismas antes de pasar a un desarrollo mas exhaustivo (ver próxima entrada)

Estos indicios no pueden ser descartados arbitrariamente solo porque choque contra muchas de nuestras creencias previas, si ponemos en juicio que estas civilizaciones tuvieron o no “ancestros” que bajan desde el cielo a visitarlos, debemos reconocer que no hay pruebas que permitan afirmar su NO PRESENCIA, mientras que hay gran cantidad de indicios que permiten considerar la posibilidad cierta de su REAL PRESENCIA. Y es aquí donde enuncio uno de mis manifiestos básicos:

“La ausencia de evidencia no es evidencia de la ausencia”

no todo para probarse necesita pruebas materiales y contundentes, con cierta lógica e indicios podemos acercarnos mas a la realidad, ya que de haberlas, a esas pruebas siempre habrá quien le busque segundas explicaciones porque a la ciencia se le caen al suelo todos los libros y siempre va a tener resistencia a cambios drásticos en sus conocimientos arcaicos.


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